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Ficha Técnica Lechuga Negra Palmera (Revista SEAE)

Ficha Técnica Semillas
LECHUGA
NEGRA
PALMERA

Antonio C. Perdomo Molina
Red Canaria de Semillas

CARACTERÍSTICAS BOTÁNICAS

La lechuga Negra Palmera (Lactuca sativa L. var. Capitata L.)
se engloba dentro del grupo de las llamadas “lechugas de
cogollo”, aquellas que presentan una roseta de hojas apretada
en su centro, con hojas más anchas que largas. Concretamente
esta variedad podemos situarla dentro de las llamadas Batavias
(que comparten grupo con las Mantecosas o Trocadero y las
Iceberg). Aunque la englobamos, por su aspecto, dentro de las
lechugas de cogollo, esta variedad no llega a formar un verdadero
cogollo.

La lechuga Negra Palmera se conservó tradicionalmente en
cultivo en la Isla de La Palma, extendiéndose en la actualidad
a todas las Islas por sus excelentes cualidades productivas.
Recibe el nombre de “Negra Palmera” por su origen y por el
color oscuro de sus hojas. Su color depende mucho de la
intensidad lumínica, aunque suele presentar sus hojas de color
verde-rojo oscuro. Sus hojas son grandes y bastante arrugadas,
de aspecto atractivo.

VALORES CULINARIOS

La lechuga es una de las especies hortícolas más demandadas
por los agricultores ecológicos. Entre los productores
dedicados a la producción de hortalizas para circuitos cortos
de comercialización es una de las especies que no debe
faltar, pues el consumidor la demanda durante todo el año,
siendo fundamental contar con el suficiente juego varietal
como para surtir al mercado todo el año.

En las catas y degustaciones realizadas ha quedado muy bien
valorada frente a los cultivares comerciales. Su aceptabilidad
en cuanto al amargor, textura y jugosidad se puede comparar perfectamente
con cualquiera de las variedades de lechuga tipo Batavia.

El consumidor valora especialmente su atractiva apariencia, especialmente
en cuanto a su color (no demasiado oscuro a pesar de su
nombre), forma y tacto. Su tamaño medio se adapta también a los
gustos del mercado.

MANEJO DE CULTIVO:

SEMILLEROS Y OPERACIONES CULTURALES

Es una variedad para siembras de otoño e invierno, con una alta
tendencia al espigado en los cultivos de verano. Las lechugas deben
consumirse siempre antes de “subirse a flor”, pues en este momento
se incrementa su amargor.

No suele presentar problemas de “tip burn” o quemado de puntas, ya que
se trata de una variedad de alta rusticidad.

Su interesante productividad, entre 4 y 5 Kg/m2, con pesos unitarios entre
350 y 400 gramos y diámetros de 25 cm, han hecho que la variedad sea
muy estimada por los agricultores dedicados a producción ecológica.

En las condiciones de las Islas conviene realizar la siembra en bandejas
desinfectadas con sulfato de cobre a dosis de 25 gr/litro, para posteriormente
realizar el trasplante con cepellón al terreno de cultivo, siendo lo
usual evitar las siembras directas. Los semilleros realizados en septiembre
alcanzan un tamaño óptimo para el trasplante tras unos 25-30 días. En
campo su ciclo de cultivo se prolonga, en el mes de octubre, entre los
40 y 45 días. Hay que cuidar que las temperaturas durante la germinación
no sean demasiado altas, ya que su óptimo está sobre los 18-20 ºC;
las temperaturas muy altas durante la germinación pueden inhibirla
completamente. Esta variedad puede enterrarse (por supuesto, superficialmente)
y germina sin ningún problema, al contrario de otras que
necesitan luz para germinar y no deben enterrarse.
Conviene realizar un aporte de compost en el momento de la siembra
de 0,5 Kg por planta para mejorar la producción.

OBTENCIÓN DE LAS SEMILLAS

Es usual que las personas dedicadas a la producción de lechuga
obtengan su propia semilla. Por su rusticidad es usual encontrar
plantas nacidas de manera silvestre en las proximidades del terreno
de cultivo que aparecen con las lluvias del siguiente otoño.

La semilla se conserva perfectamente durante 4 o más años, siempre
que se haya disminuido su nivel de humedad al 9–10 % y se mantenga
dentro de una nevera a entre 4 y 6 ºC. Al tratarse de una semilla de
pequeño tamaño, ya que un gramo de semilla contiene aproximadamente
1.000 plantas, no ocupa prácticamente espacio por lo que
no resulta problemático conservar sus semillas, ya que unos pocos
gramos nos permiten contar con suficiente material reproductivo.

Es importante que las plantas que se dejan completar su ciclo para
la obtención de semillas estén libres de cualquier síntoma de virus
(mosaicos, nervaduras engrosadas, amarilleamientos…) ya que
algunos como el Mosaico de la Lechuga (LMV) se puede transmitir
por la semilla. Las plantas deben tener un tamaño considerable (con
valor productivo o comercial) y no elegir las que primero se vayan a
flor, es decir, conviene dejar que se vayan a flor y recoger sus semillas,
sólo de aquellas plantas que tengan un tamaño considerable, el resto
desecharlas.

1 comentario:

  1. ola. solicitando permiso para incorporar vuestras entrads de blog en http://www.facebook.com/ALeiradeVigo. es un trabajo pal cole con ánimo de continuidad.
    Salud y gracias por vuestra atehncióm!

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